Cómo hacer composta en casa y cuáles son sus beneficios
La composta es como un elixir mágico, dicen los expertos. Ayuda al crecimiento de las plantas, gracias a su multitud de nutrientes y microbios y, gracias a su riqueza, se puede añadir la composta en cualquier lugar donde haya suelo.
Si aún deseas reducir tu impacto en el planeta, hay una solución simple que todos pueden hacer: la composta. El desperdicio de alimentos es un gran contribuyente al cambio climático; de hecho, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, “alrededor del 6% al 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre podrían reducirse si dejamos de desperdiciar alimentos”.
La composta está llena de nutrientes que se crean después de que la materia orgánica se descompone. Este suelo es el resultado final de un proceso de descomposición que se produce de forma natural, pero que podemos imitar en casa a través de varias técnicas de compostaje.
Hay cuatro elementos esenciales del proceso de compostaje. El primero, el nitrógeno, están los restos de comida a los que llamaremos ‘verdes’. Otros materiales verdes incluyen hojas verdes, restos de café, cáscaras de huevo y otros materiales, lo siguiente es el carbono o marrones incluyen hojas secas, aserrín, recortes de periódicos y bolsas de papel marrón o estraza. Una vez que entiendas estos elementos, simplemente recolectarás tus verduras, las agregarás a tu sistema de composta y colocará marrones sobre las verduras cada vez.
Recuerda cubrir tus verduras y restos de comida con muchos marrones si no tienes un sistema con tapa. Si entierras esos restos, es menos probable que las plagas o depredadores puedan olfatearlos. Si no cuentas con suficientes elementos marrones y no tienes montones de hojas muertas, puedes usar cartones de huevos, papel triturado e incluso cajas de cartón cortadas y no cerosas.
Hay un poco de debate sobre lo que se puede y no se puede compostar, pero realmente depende del tipo de compostaje que estés haciendo. En general, puedes compostar básicamente cualquier cosa que alguna vez estuvo viva. Definitivamente hay cosas que no deberías tirar a tu contenedor. Asegúrate de elegir cualquier empaque de plástico que pueda estar en tus restos de comida, como bandas elásticas o las estampas que algunas veces vienen en la fruta. Evita los alimentos cocinados, aceites, materiales salados y carnes.