Los problemas de salud que aquejaban a Meat Loaf

Cuando Meat Loaf murió el pasado jueves a los 74 años, marcó la nota final de una carrera de décadas llena de altibajos fascinantes y varios contratiempos, muchos de los cuales estaban relacionados con la salud. El cantante de “Two Out of Three Ain’t Bad”, que murió con su esposa Deborah y sus hijas Pearl y Amanda a su lado, se abrió paso en 1977 con su álbum debut Bat Out of Hell, pero los problemas con su voz “tensa” casi descarriló su éxito muy pronto.

“No sabía cómo lidiar con lo que sucedía a mi alrededor”, dijo en 1993 sobre alejarse del centro de atención un año después del lanzamiento del álbum. “Durante unos cinco años no pude trabajar. Ya no quería la responsabilidad”.

Luchando con problemas de salud mental, Meat Loaf dijo que recurrió al alcohol durante casi un año en medio de un colapso emocional, y solo se recuperó gracias a la psicoterapia (cuatro sesiones a la semana durante un año) y el apoyo de su entonces esposa Leslie. Sus actuaciones altamente teatrales y enérgicas también afectaron su salud: en la década de 1970, se rompió la pierna después de saltar del escenario y colapsó tres veces mientras actuaba en la década de los 2000.

La primera vez llegó en 2003 durante un espectáculo en Londres, después de lo cual le diagnosticaron el síndrome de Wolff-Parkinson-White, le dijo a Rolling Stone en ese momento. “Muchas personas nacen con esta afección y pueden vivir toda su vida sin saber que existe”, dijo en un comunicado en ese momento. “El mío parecía haber estado tranquilo hasta ahora. El pronóstico es excelente ya que la tasa de éxito del procedimiento supera el 95 por ciento”.

Meat Loaf se sometió a una cirugía cardíaca en ese momento para tratar la afección, que afecta el movimiento coordinado de las señales eléctricas a través del corazón, lo que provoca un latido cardíaco anormalmente rápido y otras arritmias, según los Institutos Nacionales de Salud. Luego, en 2011, colapsó en el escenario mientras actuaba en Pittsburgh y le dijo a la multitud: “Tengo asma, no puedo respirar”, según un informe local de CBS. Finalmente pudo continuar con el show después de buscar tratamiento médico.

El ganador del Grammy colapsó una vez más durante una actuación en Canadá en 2016, que luego atribuyó a una “deshidratación severa”. “No era más que deshidratación”, dijo. “Me impactó que le diera la vuelta al mundo así. Dije, ‘Hay muchas más noticias en el mundo que yo’… Estoy bien”. Más tarde señaló en la misma entrevista que se había sometido a una cirugía de rodilla, lo que le impedía realizar los espectáculos de alta energía a los que estaba acostumbrado.

Tres años después, en mayo de 2019, Meat Loaf sufrió otro revés después de que se cayó de un escenario mientras se preparaba para hablar en un panel de preguntas y respuestas en una convención de terror celebrada en un hotel de Dallas. Sufrió lesiones en el cuello, la clavícula y el hombro, y estuvo hospitalizado durante 42 días, según una demanda que presentó posteriormente contra el hotel y los organizadores del evento.

Al salir del hospital, el rockero participó en fisioterapia, algo que seguía haciendo —y que iba “muy bien”— hasta que la pandemia dio un vuelco. “Tenía ocho shows reservados en el Reino Unido y me sentí muy fuerte por poder hacerlos”, dijo al Pittsburgh Post-Gazette en agosto. “Llegó el COVID. Perdí toda esta fuerza en los músculos de mi espalda simplemente se fue, y estaba peor que antes”.

Meat Loaf dijo que trató de mantener su rutina de fisioterapia con una caminadora, una bicicleta reclinada, pesas libres y una máquina de estrés, pero “COVID me devolvió a cero”.

“Estuve en el gimnasio durante dos horas y media en los días libres, y estos muchachos entraban, se veían en forma, podía vencerlos en cualquier máquina que quisieran, pero ese no era el objetivo. El objetivo era simplemente estar en forma y poder hacer mi show”, dijo. “Pasé toda mi vida en el fútbol y luego en espectáculos y gimnasios, y cuando has hecho algo y luego lo dejas, te deterioras mucho más rápido”.