La batalla legal por la icónica portada del álbum Nevermind de Nirvana está lejos de terminar. Spencer Elden, el hombre que fue fotografiado como el bebé desnudo en la portada de 1991, ha presentado una nueva apelación, apenas dos días después de que un juez desestimara su demanda por segunda vez.
A principios de esta semana, el juez Fernando M. Olguin dictaminó que la imagen “no es pornografía infantil” y desestimó el caso. Sin embargo, los abogados de Elden, quien ahora tiene 34 años, han vuelto a la carga, pidiendo a un tribunal de apelaciones que revoque la decisión y permita que el caso vaya a juicio.
En respuesta, Bert Deixler, abogado que representa a los miembros de Nirvana, Universal Music Group y al fotógrafo Kirk Weddle, fue contundente en una declaración a Billboard: “Resistiremos con vigor y prevaleceremos”.
La Saga Legal de la Portada más Famosa del Grunge
Elden demandó por primera vez a la banda en 2021, alegando explotación sexual infantil y argumentando que la imagen equivalía a pornografía infantil. La demanda fue desestimada inicialmente en 2022 por haber prescrito el plazo legal, pero fue revivida por un tribunal de apelaciones, lo que llevó a la segunda desestimación de esta semana.
En su fallo, el juez Olguin fue muy claro en sus razonamientos. “Ni la pose, ni el punto focal, ni el entorno, ni el contexto general sugieren que la portada del álbum presente una conducta sexualmente explícita”, escribió. “Esta imagen, que es más análoga a la foto familiar de un niño desnudo bañándose, es claramente insuficiente“.
El “Bebé de Nirvana” que Capitalizó su Fama
El juez también señaló que el propio Elden ha capitalizado su conexión con la famosa portada durante años, firmando autógrafos en memorabilia y refiriéndose a sí mismo como el “bebé de Nirvana”. En el pasado, Elden ha recreado la foto en múltiples ocasiones para celebrar los aniversarios del álbum, algo que contradice sus afirmaciones actuales de trauma.
La insistencia de Elden en continuar con la demanda, a pesar de los repetidos reveses legales, mantiene viva una de las disputas más extrañas y comentadas del legado del rock de los 90.




