En una era de pop digital y tendencias efímeras, Bruno Mars se erige como un faro de nostalgia y maestría musical. No es un artista de su tiempo; es un viajero en el tiempo, un heredero directo de los gigantes del funk, el soul y el R&B que definieron los años 70 y 80. Su música es una celebración del groove, un recordatorio de que el pop, en su forma más pura, es para sentirse bien.
Desde sus inicios, Peter Gene Hernandez ha demostrado ser mucho más que un cantante con una voz privilegiada. Es un showman total: un multiinstrumentista, compositor, productor y coreógrafo cuya atención al detalle y respeto por la historia de la música lo convierten en uno de los artistas más completos de su generación.
El Aprendiz de los Grandes: Michael Jackson y James Brown
Es imposible hablar de Bruno Mars sin mencionar a sus ídolos. Su energía en el escenario es un claro homenaje a James Brown, el “Padrino del Soul”, con sus pasos de baile electrizantes y su control absoluto de la banda. Pero es la influencia de Michael Jackson la más palpable.
Desde su impecable sentido del pop hasta sus videos cinematográficos y sus coreografías milimétricas, Mars ha estudiado al “Rey del Pop” como nadie. Sin embargo, no es una simple imitación; es una reinterpretación. Mars toma la ambición de Jackson y la fusiona con una calidez y una alegría que son enteramente suyas, creando un espectáculo que es a la vez un tributo y una evolución.
‘Uptown Funk’: La Conquista del Mundo
Aunque ya era una estrella, su colaboración de 2014 con Mark Ronson, “Uptown Funk”, lo catapultó a la estratosfera. La canción no era solo un éxito; era un fenómeno cultural, una inyección de funk de Minneapolis al estilo de Prince y The Time que dominó el mundo. El tema se convirtió en una de las canciones más vendidas y reproducidas de todos los tiempos, y su video, un derroche de estilo y coreografía, se volvió icónico. “Uptown Funk” no fue una canción de los 80, pero se sintió como la mejor canción de los 80.
Silk Sonic: El Homenaje Definitivo al Soul de los 70
Si quedaba alguna duda de su amor por el pasado, su proyecto Silk Sonic junto al talentoso Anderson .Paak fue la confirmación definitiva. El álbum An Evening with Silk Sonic es una carta de amor meticulosamente elaborada al soul de Filadelfia de los años 70.
Con arreglos de cuerdas exuberantes, armonías vocales perfectas y una estética retro impecable, canciones como “Leave the Door Open” no eran una parodia, sino una continuación del género. El proyecto fue tan aclamado que arrasó en los Premios Grammy, ganando en todas las categorías principales, incluyendo Grabación y Canción del Año.
El legado de Bruno Mars es el de un guardián del groove. En un mundo obsesionado con lo nuevo, él nos recuerda el poder atemporal de una buena línea de bajo, una sección de vientos potente y una melodía que te obliga a levantarte y bailar. No está inventando nada nuevo, pero está haciendo que lo viejo suene más vital y necesario que nunca.




