Mani, cuyo nombre real es Gary Michael Mounfield, nació el 16 de noviembre de 1962 en Manchester, Inglaterra. Es reconocido como el bajista de The Stone Roses, una de las bandas más influyentes del movimiento Madchester y del rock alternativo británico de finales de los años ochenta y principios de los noventa.
El rol de Mani dentro de The Stone Roses puede definirse como el ancla rítmica y emocional del sonido del grupo. Su bajo no solo acompañaba: guiaba.
Mientras la banda construía guitarras psicodélicas y atmósferas etéreas, Mani aportaba una base sólida, melódica y llena de groove que mantenía todo unido. Su estilo permitió que The Stone Roses sonara a la vez elegante, hipnótico y bailable, convirtiéndose en uno de los elementos que definieron el movimiento Madchester.
Se unió a The Stone Roses en 1987, aportando un estilo de bajo melódico, rítmico y lleno de groove que se convirtió en una pieza clave del sonido distintivo de la banda. Su trabajo quedó inmortalizado en el aclamado álbum debut de 1989, considerado uno de los discos más importantes de la música británica moderna. Temas como I Wanna Be Adored, She Bangs the Drums y Fools Gold demostraron la capacidad de Mani para crear líneas de bajo hipnóticas con influencias de funk, psicodelia y rock.
Tras la separación de la banda a mediados de los noventa, Mani se integró a Primal Scream, donde continuó explorando nuevas sonoridades y consolidó su reputación como uno de los bajistas más versátiles del Reino Unido. En 2011 formó parte de la reunión de The Stone Roses, participando en giras y presentaciones que reafirmaron el peso histórico del grupo.
El 20 de noviembre de 2025 se anunció su muerte a los 63 años, noticia confirmada por su hermano, quien destacó su enorme legado y recordó que ahora se reunía con su esposa Imelda, fallecida en 2023. Aunque la causa no fue revelada, su partida provocó una ola de mensajes de cariño y tributos de músicos y fanáticos, reconociendo en él a una figura fundamental del rock británico contemporáneo.
En pocas palabras: Mani fue el corazón rítmico que impulsó el sonido de la banda y dio identidad a muchas de sus canciones más emblemáticas.




