La vez que Dave Gahan murió por un minuto y regresó para seguir cantando con Depeche Mode
No es leyenda urbana, ni exageración rockera. Dave Gahan, el carismático vocalista de Depeche Mode, vivió uno de los momentos más extremos que puede atravesar un ser humano: murió clínicamente durante un minuto tras una sobredosis. Fue en 1996, y ese evento lo cambió para siempre.
De ícono del synth-pop a sombra de sí mismo
En los 90, Depeche Mode vivía su época dorada, pero para Dave, la fama venía con un precio brutal. La muerte de amigos cercanos, problemas emocionales sin tratar y un entorno lleno de excesos lo arrastraron a una adicción profunda. Heroína, cocaína, alcohol… lo consumía todo para intentar llenar un vacío emocional. Su salud se deterioraba, y sus presentaciones eran cada vez más erráticas. La prensa lo llamaba “el Jim Morrison del synth-pop”, pero no por su voz… sino por su camino autodestructivo.
El día que su corazón se detuvo
Todo explotó el 28 de mayo de 1996 en el hotel Sunset Marquis de Los Ángeles. Dave se inyectó un speedball, una mezcla letal de heroína y cocaína. Minutos después, colapsó en el baño. Los paramédicos llegaron rápido, pero su corazón ya se había detenido. Técnicamente, estuvo muerto por un minuto completo. Lo revivieron con desfibrilador y adrenalina, y cuando despertó, estaba esposado a la camilla por cargos de posesión de drogas.
“Vi el túnel, pero no vi a nadie”
En entrevistas posteriores, Gahan contó que no tuvo una experiencia religiosa, ni visiones. Solo oscuridad. “Vi el túnel, pero no vi ninguna luz al final. Fue aterrador, porque me sentí completamente solo”, confesó. Esa frialdad lo hizo enfrentarse a sí mismo como nunca antes. “Morí y volví. No me quedó otra más que elegir entre seguir cayendo o pelear por mi vida”, agregó años después.
El renacer de un sobreviviente
Tras ese episodio, ingresó a rehabilitación en serio. Por primera vez, sin escaparse. Cortó lazos con personas tóxicas, dejó los excesos y se concentró en sanar cuerpo y mente. Volver a los escenarios fue difícil, pero lo hizo con más fuerza que nunca. Su regreso fue simbólico: del infierno al escenario, con giras mundiales, nuevos álbumes y una conexión mucho más auténtica con su público.
La redención sobre el escenario
Desde entonces, Dave Gahan se volvió un ejemplo de resistencia. Ya no solo es el frontman de una de las bandas más influyentes del mundo, sino un símbolo de renacimiento personal. Cada vez que canta “Enjoy the Silence” o “Walking in My Shoes”, lo hace con la experiencia de alguien que sabe lo que es caer… y levantarse. Su entrega en vivo es visceral, profunda, casi espiritual. Porque quien ha muerto y vuelto a vivir, canta distinto.
Morir, volver y seguir cantando
La historia de Dave Gahan no es solo un chisme del rock, es una lección de vida. Nos recuerda que incluso en nuestros momentos más oscuros, puede haber una segunda oportunidad. Él murió por un minuto y decidió regresar para vivir a lo grande. Para cantar más fuerte. Para inspirar.
Porque a veces, hay que morir para renacer, y Dave Gahan es prueba viviente de que siempre se puede volver… incluso desde la oscuridad más profunda.