El innegable impacto de New Order: Cómo se convirtieron en íconos
New Order, surgido de las cenizas de Joy Division a principios de los 80, se reinventó creando un híbrido de dance y rock que definiría la década. Superando el doloroso pasado marcado por el suicidio de Ian Curtis, la banda, liderada por Bernard Sumner y con la incorporación de Gillian Gilbert en los teclados, combinó la base rítmica de Peter Hook y Stephen Morris con sintetizadores brillantes, forjando un sonido innovador e influyente hasta hoy.
Su éxito estuvo ligado a la escena revolucionaria de Manchester, la discoteca Haçienda y el sello Factory Records, un entorno progresista e igualitario, según describe Gillian Gilbert. Éxitos como “Blue Monday” y “True Faith” consolidaron su sonido, mientras que en la actualidad, la banda continúa innovando musicalmente, apoyando causas de salud mental y políticas progresistas, demostrando una longevidad basada en la humildad y un compromiso social, alejándose de la actitud “nosotros contra ellos” de otras bandas. Su legado es incuestionable: son iconos.